19 octubre 2024

Porque el arte siempre es noticia

Zurbarán por el mundo

La década de los 40 del siglo XVII fue convulsa: malas cosechas, cambio climático, epidemias, revoluciones… Casi como ahora. En aquellos años, en Sevilla latía el mundo. En algún lugar de la ciudad, Francisco de Zurbarán (1598-1664) pintó una ambiciosa serie de lienzos sobre Jacob y sus doce hijos, con destino, al parecer, a la Ciudad de los Reyes, la Lima del Virreinato.

Aquellos majestuosos cuadros de gran formato debieron emprender el viaje a América a bordo de un galeón… pero nunca llegaron, su huella se perdió (tal vez fueran botín de piratas). El encargo, posiblemente para un convento, tiene sentido porque en aquellos años se decía que los nativos andinos eran descendientes de las llamadas tribus perdidas de Israel. Hay al menos dos copias de este tema en Lima (Perú) y Puebla (México).

Pero los cuadros de Zurbarán aparecerán en Gran Bretaña en 1756, en Auckland Castle, cuando el obispo anglicano de Durham, los cuelga en su comedor después de haberlos comprado -todos menos el que representa a Benjamín- en la almoneda de un comerciante judío, James Mendez, donde el obispo invita a las élites sociales en un momento de creciente antisemitismo en la zona. El tema, Jacob y sus hijos, es central en el judaísmo, pues representa las tribus de Israel.

Los cuadros protagonizaron una «gira mundial» propia de grandes estrellas, que les llevó al Meadows Museum de Dallas, la Frick Collection de Nueva York y el Museo de Israel en Jerusalén. El Centro de Estudios Europa Hispánica (CEEH) decidió contar el viaje y puso el proyecto en manos de la cineasta Arantxa Aguirre. El resultado es el hermoso documental «Zurbarán», que hoy se presentará en la Seminci de Valladolid.

Pocas veces un producto audiovisual es capaz de representar la simbiosis del arte con la vida, desde la del pintor en el origen a la del público moderno que se encuentra con su historia. en Estados Unidos, pero sobre todo en Israel, la obra del pintor católico y el tema de Jacob se encuentran con nuevos contextos, incluso palabras junto al Santuario del Libro donde se conservan los rollos del mar Muerto. Se trata de trece figuras de tamaño natural y extraordinaria calidad cuya iconografía, muy poco habitual en la tradición cristiana, deriva del capítulo 49 del Génesis, donde se narra cómo Jacob llamó a sus hijos junto a su lecho de muerte, les dio su bendición y predijo su futuro y el de cada una de sus tribus.

Después de la tournée por los museos que terminó meses antes de la pandemia, las pinturas regresaron al castillo del obispo de Auckland, en el Norte de Inglaterra, como pieza central de un proyecto al que han dado lugar, ejemplo de mecenazgo y que busca a través de las artes, y sobre todo del arte español del barroco, la regeneración social de esa zona en el noreste de Inglaterra.

El documental de Arantxa Aguirre tiene una duración de 72 minutos. Producido por José Luis Colomer (CEEH), la cinta recorre no solo los museos donde los cuadros han sido expuestos, sino que también reúne las opiniones de los grandes expertos y responsables de pinacotecas de todo el mundo que resaltan detalles de la serie, de la importancia de Zurbarán y de las posibilidades del proyecto puesto en marcha en Auckland.

El estilo elegido por la directora muestra las pinturas en color y el resto de la realidad en blanco y negro. Acompañado por una excepcional banda sonora, hace patente lo que el arte tiene de representación y lo enfrenta con aquello que en la nuestra realidad (los gestos, las convenciones, los propios museos, incluso los pubs de Auckland) cumple una idéntica función, formalismo o liturgia, de modo que arte y vida se confunden.

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