9 octubre 2024

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Muere Carlos Saura a los 91 años, director icónico del cine español

El realizador de ‘La caza’, ‘Peppermint frappé’, ‘Elisa, vida mía’ o ‘Flamenco’ iba a recibir mañana sábado el Goya de Honor. Durante el franquismo luchó contra la censura mientras radiografiaba los males de España y conseguía un enorme reconocimiento internacional.

Carlos Saura ha fallecido este viernes en su casa en la sierra madrileña por una insuficiencia respiratoria. Con su muerte, poco después de cumplir 91 años —lo celebró el 4 de enero—, desaparece el último clásico del cine español, que desde la ruptura y la libertad con la que impregnó su larguísima filmografía devino en referente del gran cine europeo de autor. Fue, además, un artista con tanta curiosidad por diversas facetas de la vida que a sus dramas secos, contundentes, una línea de exploración del ser humano, de las relaciones emocionales y sociales, y de las pulsiones familiares, que empezó en su Los golfos (1960) y acabó con El séptimo día (2004), se sumó su pasión por los musicales. Ese amor le llevaría de Bodas de sangre (1981) a El rey de todo el mundo (2021), del flamenco a la música mexicana, aunque también transitó por la jota, el tango, los fados o el folclore argentino.

Iba a recibir el Goya de Honor, que se convierte así en un galardón póstumo, el tercero en la historia de la Academia. El premio lo justificó el presidente de la institución, Fernando Méndez-Leite: “Por su extensa y personalísima aportación creativa a la historia del cine español desde fines de los años cincuenta hasta hoy mismo”. El 3 de febrero se estrenó Las paredes hablan, su último largometraje, un documental robusto sobre la evolución del arte en las paredes, desde las cuevas prehistóricas hasta el grafiti actual. Con él subrayaba la vigencia de la mirada de un creador en activo durante siete décadas: no habrá sido el cineasta más prolífico (aunque nunca dejó de trabajar), pero sí ha sido el más longevo. Su fallecimiento se ha debido a sus problemas respiratorios y al rápido declinar de su estado de salud, que desde el pasado año, tras un pequeño ictus y una posterior caída paseando a sus perros al final del verano, se había ido debilitando tras casi 90 años de vigor físico e intelectual.

Al final del confinamiento, en septiembre de 2020, Saura definía cuál era su talento: “La imaginación. He utilizado la imaginación para contar historias que me gustan y pienso que van a gustar a otros. Luego igual no les gustan, pero qué vas a hacer, no siempre aciertas. Solo el hecho de que te dejen contar tus propias historias, dar un paso adelante, es lo que he intentado toda la vida”. Saura veía mucho cine y lo explicaba con estas palabras: “Así aprendo lo que no quiero hacer. ¿Qué quiero hacer? No lo sé, lo que tengo claro es lo que no”. Se definía como “un ser afortunado, que ha dirigido unas 50 películas y que ha hecho el cine que quería. Y eso es un milagro”. Eso sí, enfrascado en su propia obra, alejado de las relaciones sociales y a veces hasta de sus propios hijos (tuvo siete con cuatro parejas), como mostraba Félix Viscarret en el documental Saura(s).

Si hubiera que resumir de manera sucinta el cine español, Saura conformaría con Luis Buñuel, Luis García Berlanga y Pedro Almodóvar el cuarteto de maestros, los motores que han impulsado la cinematografía nacional. En la casa de Saura en Collado Mediano, en la sierra madrileña, además de las innumerables fotos hechas por él mismo, una de sus pasiones, está un retrato donde se le ve con Buñuel abrazándose entre risas. Con Berlanga compartió no solo décadas de trabajos coetáneos, sino también guionista, Rafael Azcona, que fue quien incluyó a José Luis López Vázquez en la filmografía de Saura.

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